X (bis) encuentro/tertulia de los libris

La 10 bis tuvo que ser porque tenía que ser. Ni rastro de los fastos pensados, ni de Tomellosadas.

Es de justicia decir que el centro de mayores La Cañada de Torrejón se ha convertido en santuario. Sus méritos tendrá.

Hacía frío y Mesié de Condemore encajaba las brisas como crochet en el hígado. Después, mirada fija en el horizonte y respiración pausada.

La tertulia tardó en comenzar porque los citados se dispersaban con facilidad. Las conversaciones atrasadas ganaban terreno a las que, en principio, procedían. Jet lag literario. Comenzamos con retraso.

Del libro del Baratero se llegó a la conclusión de que era bueno y malo a la vez. Los tecnicismos de cómo embuchar al contrario con trampas y ardides tuvieron buena acogida en general, así como las tijeras de los jitanos. No así la esgrima. Aquí no tenía cabida a la hora de matar. También se dijo, no recuerdo bien por qué, que los esquimales no comen carne, pero comen pescado, y el Duque de la Teruélida afirmó haber visto personalmente a Sancho Panza allá por Villanueva de los Infantes o algún pueblo de aquel entorno.

El día del ajuste fue criticado de menos a más, por aquello de que su última parte (siendo esta de grandes dimensiones) parece escrita por un niño pequeño. No se entiende qué haya podido pasar. Sir Charles Lomlarck defendió su libri hasta el último momento porque a él no le gusta Donald Trump y con eso hacía bandera, pero al final se desmoronó y lloró la pena que los demás le habían anticipado. Ni Gaysia ni pollas, se dijo.

Las hermanas coloradas se llamaban así porque en aquella época en la que se escribió el libro estaba mal visto haberlas dicho rojas. Mesié de Condemore salió de su letargo de hibernación con tan acertado comentario. Después volvió a inhibirse, replegándose sobre sí mismo y mirando enconadamente al Duque. A partir de aquí se habló más de Tomelloso y de sus injustamente denostadas bondades más que del libro en sí.

Nada, pero nada de nada. Se quiso acusar a Mesié de haber comenzado la lectura de este libro antes de tiempo para así cumplir con mayor holgura los plazos, pero este negó desde la dimensión de su congelado cuerpo. Se alabó con justicia la excelente narración del libro, y el comentario de Lord Pascualín acerca de la excesiva sensibilidad de la protagonista no tuvo éxito. Con Lord Pascualín no tuvieron la sensibilidad que sobraba en Nada. Mal reparto. Nada al revés es Adán, pero hay que quitarle la tilde. Ahí queda eso.

Se valoró la posibilidad de realizar un concurso entre todos los libros leídos para otorgar el Libri de Diamante, pero tan pronto se estaba proponiendo esto dio mucha pereza a los integrantes, y caras largas de desánimo se sumaron a la hierática de Condemore.

Se repartió la primera edición impresa del libro “Proyecto Livrus”, que tuvo una gran aceptación. Lo tienen ustedes a la venta por un importe de 260 euros (IVA incluido) también incluye los sueños dictatoriales, que pueden servir para tesis doctorales de enfermos mentales. Realmente con esta compra, un psiquiatra estaría ahorrando.

Mesié de Condemore se alzó con el libri de Oro con la obra Nada, de Carmen Laforet. Lejos de hacerle ilusión entró en depresión al tener que hacerse cargo de nuevo de las finanzas del proyecto, que ascienden a 280 euros. En esta ocasión, con motivo de ser la 10 bis, Mesié de Condemore fue además galardonado a la sazón con el libro Impasse, anónima canción triste y con un caramelo de limón, que devoró en el mismo instante y le aclaró la garganta y le dio ánimo en el espíritu.

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